Si no querés leer, puedes escuchar el relato aquí.
He pasado lo que podría considerar el ecuador de mi existencia.
A partir de este momento es posible que me queden menos años por vivir que lo que he vivido hasta ahora.
Este no se trata de un texto triste.
Por el contrario, siento que vivo mi vida como siempre la quise vivir, y podría considerar que vivo el resultado pleno del esfuerzo de todos mis años anteriores.
La fotografía que acompaña estas líneas, es una reinterpretación de un tema clásico del arte, el memento mori, recuerda que vas a morir.
¿Qué sentido tiene traer esta memoria en un momento que puedo considerar de plenitud en mi vida?
Hago mía la frase del cuadro de Poussin, Los pastores de la Arcadia.
En la pintura, en mitad de un entorno idílico, tres pastores y una mujer encuentran una tumba con la incripción: Et in Arcadia ego (También yo en la Arcadia).
Aun en el entorno más idílico la muerte es inevitable.
Los estoicos recomendaban pensar en la muerte, como una forma de prepararse ante ella, y aprovechar al máximo el regalo de cada día sobre el planeta.
Recuerdo los versos del canto Bribri de Doña María Genoveva Figueroa:
“El señor de la Canastilla
y el gran Sibo
nos dejaron para estar,
¡Ay!, en este mundo.
En esta tierra
estaremos todavía entonces.
Pero algún día
nos matará
su hija.
Pasaremos
a ser parte de ella,
así será debidamente.
Amaneció,
clareó
y el Señor de la Canastilla está arriba,
¡ay!,
bebámosla nosotras
¡ea!
La bebida degustaremos mientras estemos todavía.”
Extracto del Canto XXII, del libro Poesía Bribri de lo cotidiano, recopilado por Adolfo Constela Umaña y obtenido de Doña María Genoveva Figueroa.
Notas fotográficas.
Las imágenes son producto de un ejercicio de fotografía pictorialista, en el marco del diplomado en Fotografía Artística, impartido por el doctor Oscar Colorado Nates, en la plataforma de formación ZonaZeroMexico.com
El pictorialismo fotográfico fue un movimiento a finales del Siglo XIX y principios del XX, que recurría a temáticas de la antigüedad clásica (europea por supuesto), y una estética que de alguna forma aspiraba más a los valores de la pintura: focos suaves, texturas, etc. Todo muy alejado al tipo de trabajo que acostumbro hacer.
Decidí subvertir un poco los parámetros, recurrir a nuestra propia antigüedad olvidada aquí en el centro de América.
Tener presente que todo es pasajero.
